Señora Rutina
De buena mañana veo como el día va transcurriendo idénticamente al anterior. El del perro Peter ( su perro tiene más personalidad que él) ya está de vuelta con Peter, ya hicieron su salida matinal. Subiendo calle arriba vuelvo a ver a la chica de los andares peripuestos, dios mío de mi vida, si es que están tremendas...hoy va con retraso, debió dormirse entre las sábanas. Ya almorzando en el bar, después de dar los buenos días a los compañeros veo como van entrando los parroquianos uno a uno y por el mismo orden de cada día, siempre igual. Los yeseros ya hace rato que están hincando el diente en el bocata, el doble de Fernando León vuelve a pedir una de pinchos, joder, cualquier día le pido un autógrafo, es clavadito. El chaval del bar vuelve a acercarse a nuestra mesa frotándose las manos, igualito que su padre, el hombre que está en la cocina. Nos da los buenos días y vuelve a preguntarnos que queremos, como sino lo supiera ya. Pues lo mismo, siempre lo mismo.
Por la puerta entran Rogelio y Jordi, tan peinado uno y tan malos pelos el otro. Se acercan a la barra y se piden sus cafés. Al poco tiempo viene Toribio, siempre dos minutos más tarde que Rogelio y Jordi, se une a ellos. Oigo detrás mía una conversación entre madre e hija que me deja a cuadros. La niña le está diciendo a su madre que tiene las tetas caídas, que no son como las que salen por la tele. Los tiempos afortunadamente están cambiando. Mientras espero el cortado veo llegar a Miguel y su gorra, o su gorra y él, son como uña y carne, como el gordo y el flaco, inseparables. Hecha en la máquina la chatarra que tiene en el monedero y saca un Camel. Siempre igual, todos los días aparece justo después de que entre Toribio. Luego, después de Miguel, suelen entrar un señor y una chica de gafitas, la chica no para de hablar ni debajo del agua, el hombre le va siguiendo la corriente contestando con escuetamente. Y así transcurre el día sucediéndose las apariciones, las costumbres, todos los acontecimientos van sucediendo sin salir nunca del la línea casi imperceptible que es la rutina. No es ninguna tragedia de vida, hay momentos para de lo más entretenidos y agradables pero...
No me importaría que un día mientras almuerzo en el bar me secuestrase una chica a punta de ballesta y me hiciera conducir un coche robado para escapar de oh, que casualidad, de la señora rutina. Porque la rutina no puede ser señorita, tiene que ser señora. Pararíamos a comer en un mesón de las afueras de Toledo recomendándole a mi hambrienta secuestradora el rabo de toro. Si quieres romper el hielo con una chica recomiéndale que pruebe el rabo de toro, siempre dará pie a comentarios y a risillas, lo tengo comprobado. Después de comer bajaríamos más hacía el sur en busca del mar. Cenaríamos pescaítos fritos en la playa Punta umbría, luego visitaríamos el pueblo de Lepe para ver como congelan la imagen con los cubitos, dormiríamos, o no, trabajaríamos al día siguiente, o no, recogeríamos fresas, cecearíamos como los lugareños, y nos reiríamos, reiríamos mucho. Y así hasta que doña Rutina volviera a llamar a nuestra puerta. Y a correr.
Galería de carteles dedicados a Huelva
Por la puerta entran Rogelio y Jordi, tan peinado uno y tan malos pelos el otro. Se acercan a la barra y se piden sus cafés. Al poco tiempo viene Toribio, siempre dos minutos más tarde que Rogelio y Jordi, se une a ellos. Oigo detrás mía una conversación entre madre e hija que me deja a cuadros. La niña le está diciendo a su madre que tiene las tetas caídas, que no son como las que salen por la tele. Los tiempos afortunadamente están cambiando. Mientras espero el cortado veo llegar a Miguel y su gorra, o su gorra y él, son como uña y carne, como el gordo y el flaco, inseparables. Hecha en la máquina la chatarra que tiene en el monedero y saca un Camel. Siempre igual, todos los días aparece justo después de que entre Toribio. Luego, después de Miguel, suelen entrar un señor y una chica de gafitas, la chica no para de hablar ni debajo del agua, el hombre le va siguiendo la corriente contestando con escuetamente. Y así transcurre el día sucediéndose las apariciones, las costumbres, todos los acontecimientos van sucediendo sin salir nunca del la línea casi imperceptible que es la rutina. No es ninguna tragedia de vida, hay momentos para de lo más entretenidos y agradables pero...
No me importaría que un día mientras almuerzo en el bar me secuestrase una chica a punta de ballesta y me hiciera conducir un coche robado para escapar de oh, que casualidad, de la señora rutina. Porque la rutina no puede ser señorita, tiene que ser señora. Pararíamos a comer en un mesón de las afueras de Toledo recomendándole a mi hambrienta secuestradora el rabo de toro. Si quieres romper el hielo con una chica recomiéndale que pruebe el rabo de toro, siempre dará pie a comentarios y a risillas, lo tengo comprobado. Después de comer bajaríamos más hacía el sur en busca del mar. Cenaríamos pescaítos fritos en la playa Punta umbría, luego visitaríamos el pueblo de Lepe para ver como congelan la imagen con los cubitos, dormiríamos, o no, trabajaríamos al día siguiente, o no, recogeríamos fresas, cecearíamos como los lugareños, y nos reiríamos, reiríamos mucho. Y así hasta que doña Rutina volviera a llamar a nuestra puerta. Y a correr.
13 comentarios
Luthien -
Rutinario -
Un abrazo, dostora. :)
Luthien -
Rutinario -
Voy a dar un voltio pot tu blog, que creo que has hecho cambio de diseño. :-)
SadAngel -
Rutinario -
Yo me aparto que igual recibo un zapatillazo.. por cierto, ayer Mataró estaba plagadito de puestos vendiendo rosas, demasié. Un par de rosas si que cayeron si. :)
Pues toca moverse Toya, cuando te pille toca mover el body. Ay, otra con el rabo de toro XD lo puedes probar en los sitios castizos, yo sólo lo he probado una vez, y puaj, no pude con él. En cambio una chica que tenía delante mía se lo comió todo todito todo, estaría motivada. XDD
Kape, yo aquí ni pincho ni corto, coja usted al primer torero que se encuentre y hágale su petición. Seguro que algo cae,je.
Rutinario -
Hablando de vesinos, holas vesina!. En el autobus cargadito de chalados deberíamos poner la canción aquella de Barricada a todo trapo, esa que decía..cómete todas las señales!, pisa más, corre!. Y no te quejes de los post, quejica. Un besote. :)
Kaperucita Negra -
Me lo cambias por el rabo del torero??? jajajajajajja
Besitos
toya -
Dónde hay que ir para probar el rabo de toro?? :P
maite -
Fiesta te voy a dar yo a ti Grager...ya veras ya...
grager -
(Es broma) XDDDD
maite -
Post largo...pero chulo!, jeje
un beso
Ike Janacek -
Buenísimo, David, me ha encantado.
( ...y me apunto lo del "rabo de toro" aunque no sé si aquí funcionará XD XD)