Un paso, dos pasos, tres pasos... Perseguir ese sol es toda una utopía. Dar la vuelta y mirar hacía atrás tampoco es la mejor de las ideas. Lo mejor será seguir avanzando, observando, y así entre conversaciones y soliloquios, vamos.

Detrás de la máscara de hombre rutinario se encuentra un tipo de lo más corriente. Me llamo David. Vivo trabajo y respiro en Mataró, capital del Maresme, ciudad española pionera del mundo ferroviario, de las autopistas de peaje, de sistemas de placas solares...