La despedida
Rojitas las orejas - Fito y los fitipaldis
Estos días donde la gente aprovecha para salir de su rutina haciéndose escapaditas para ver otros lares se acaban, como todo lo que empieza. Es entonces cuando llega el momento de la despedida, ese momento que nadie quiere que llegue y que en ocasiones resulta tan doloroso.
Hay gente que no soporta las despedidas, las evita al máximo, simplemente dan media vuelta intentando disimular esa sonrisa desencajada que se les dibuja cuando no saben que decir en una despedida. Despedidas épicas como la de Humphrey Bogart e Ingrid Bergman en el aeropuerto de Casablanca han hecho llorar a generaciones enteras. O la despedida de un desesperado Solo (Cuatro amigos) viendo como Bárbara, la chica de su vida, se le escapa de las manos para no volver nunca más. Despedidas tristes, extrañas, de sentimientos contenidos apunto de explotar. En Carreteras secundarias, la película de Emilio Martínez Lázaro, hay una escena película que se suele repetirse en la vida real. Paquita (Maribel Verdú) se monta en un autobús de vuelta a su pueblo. A pocos metros de allí se encuentran Felipe (Fernando Ramallo) y Manuel (Antonio Resines) esperando a que arranque el autobús, serios, pensativos, sin saber que fue lo qué pasó. Maribel busca mirando a través del cristal una palabra, un gesto, algo que mitigue su dolor. Pero nada ni nadie puede aliviar ese momento. Simplemente sucede y ya está.
En las despedidas aflora tal revoltijo de sentimientos, tal ansiedad, que uno se pregunta, ¿porqué no podemos ahorrarnos ese mal trago?. ¿Porqué no se puede ir uno a la cama y despertar al día siguiente como si no hubiera pasado nada?. Evitaríamos así despedidas que se asemejan a las carreteras secundarias, a bifurcaciones que se presentan en la vida y que raramente vuelves a coger.
No lo puedo evitar, las despedidas hacen sentirme raro, raro, raro...
4 comentarios
Rutinario -
Un besote para el perlita de huelva y un abrazo para Madame Memoria.
O era al revés?. :D
Rutinario -
Memoria, se me presenta usted sin avisar y yo con estos pelos y sin fregar los suelos ni sacar las alfombras rojas..
Pues sí que pasa sí. Lo malo es que tenga que tardar uno tres meses en darse cuenta. @__@
memoria -
Aethyr -
Un abrazo solete!!!
Aethyr